Descriptores: Historia de la lectura; Bibliotecas en el siglo XVII; Samuel Pepys; Inglaterra de la Restauración; Relaciones imagen-texto; History of reading; Libraries in the XVIIth; Century; Samuel Pepys; Restoration England; Image and text relationships
Transcripción: Evelyn Uhrhan: The following recording is an interview
with Francisca Sánchez, the “compañera of Rubén Darío” of
whom he wrote “Francisca Sánchez, acompáñame”. It was
made in June 1957 at Francisca Sánchez’s home, Plaza de
Coimbra, number 10, [...], Madrid, Spain, [...] only six
months after she had donated to the government of Spain
the thousands of [...], including personal letters, bills and
so forth, she had preserved for more than 40 years since
his death. The recording
was made with a portable tape
recorder and a hand microphone in the dining room of her
home. In the background can be heard the ordinary noises
of family as it goes quietly about its affairs [...], ticking of
the wall clock and the school children at play in the plaza
across the street.
The interview was planned and carried out by the
speaker Evelyn Uhrhan Irving, at that time head of the
Foreing Languages Department, South Dakota State
College, Brookings. Dr. Antonio Oliver, professor of the
University of Madrid and director of the Seminario-Archivo
Rubén Darío, is the voice interviewing Francisca Sánchez.
The recording, as well as the questions, are completely
unrehearsed.
Transcripción: Antonio Oliver: -Doña Francisca, tenemos aquí con
nosotros a una universitaria norteamericana, la doctora
Evelyn Uhrhan de la Universidad del Estado de Dakota del
Sur en los Estados Unidos, y quiere hacernos algunas
preguntas en relación con Rubén Darío y con la propia vida
de usted.
- ¿Recuerda usted, doña Francisca, de qué modo
conoció usted a Rubén Darío y en dónde?
Francisca Sánchez: - Sí, señor. Recuerdo dónde lo conocí.
En la Casa de Campo. Allí le conocí, en la
Casa de Campo.
Muy simpático. Me impresionó porque era un señor alto,
buen mozo, guapo, respetuoso. Les obsequié. Se reían y
me echaban piropos. Les obsequié unas flores. Las
aceptaron. Después, a los dos días lo volví a ver. Vino a
visitarme. Otra vez le obsequiaba las flores. Me ofreció si
quería dar un paseíto por la Casa de Campo. – Cómo no.
Iba con una hermanita llevada de la mano. Paseamos por la
Casa de Campo. Me hizo varias preguntas. Le contestaba.
Después el amigo se separó. Se separó y nos quedamos
solos. (¿Dijo?) que tenía que hablar conmigo (en serio)...
seriamente. – Muy bien. Cuando usted guste.
-Después ya [...] y me avisó que él tenía que hacer un
viaje por unos días. Tenía que ir a Málaga y Tánger. A su
regreso ya tratamos de, o por lo menos él me lo propuso,
de buscar un pisito. Poner nuestra casa.
- Ya después hicimos un viaje para Palma de Mallorca. Fue
la vez primera que vi el mar. Me gustó mucho. Fuimos a
Valldemosa. Después otra vez para España..., para Madrid.
Después de Madrid fuimos a Málaga, Sevilla, Valencia. Me
gustó mucho todo. Sobre todo, Málaga, donde ya
quedamos invitados para ir a pasar los inviernos.
- Por las mañanas me llevó a ver una cosa que no había
visto nunca, que llaman el copo. El copo es una red donde
los pescadores traen toda clase de pescados, tirándola de
los brazos. Pero al sacar el copo, enseguida me obsequió
porque me llamó la atención y le pregunté ¿Y estas mujeres
qué hacen aquí? Traen todas unas hormiguitas y ponen
lumbre. – No, ahora lo verás – me contestó Rubén –.
Vamos a comer sardinas asadas. Verás qué cosa más rica.
Bueno, fuimos a comer sardinitas, lo cual que siéndome el
mar tan salado, las sardinas estaban sosas.