Fondo Personal Rubén Darío
Documentos sonoros extraidos de las declaraciones a Don Antonio Oliver Belmás, profesor de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras y primer director del Archivo "Rubén Darío", a Doña Francisca Sánchez, compañera de Rubén Darío de 1899 a 1914.
- Documento sonoro 0: Introducción Colección: Fondo Personal Rubén Darío
- Transcripción: Evelyn Uhrhan: The following recording is an interview with Francisca Sánchez, the “compañera of Rubén Darío” of whom he wrote “Francisca Sánchez, acompáñame”. It was made in June 1957 at Francisca Sánchez’s home, Plaza de Coimbra, number 10, [...], Madrid, Spain, [...] only six months after she had donated to the government of Spain the thousands of [...], including personal letters, bills and so forth, she had preserved for more than 40 years since his death. The recording
- was made with a portable tape
recorder and a hand microphone in the dining room of her
home. In the background can be heard the ordinary noises
of family as it goes quietly about its affairs [...], ticking of
the wall clock and the school children at play in the plaza
across the street.
The interview was planned and carried out by the
speaker Evelyn Uhrhan Irving, at that time head of the
Foreing Languages Department, South Dakota State
College, Brookings. Dr. Antonio Oliver, professor of the
University of Madrid and director of the Seminario-Archivo
Rubén Darío, is the voice interviewing Francisca Sánchez.
The recording, as well as the questions, are completely
unrehearsed.
1 Voto. [Recurso visitado 542 veces] ...Ver Opiniones (1)
Compártelo: - Documento sonoro 1 Colección: Fondo Personal Rubén Darío
- Transcripción: Antonio Oliver: -Doña Francisca, tenemos aquí con nosotros a una universitaria norteamericana, la doctora Evelyn Uhrhan de la Universidad del Estado de Dakota del Sur en los Estados Unidos, y quiere hacernos algunas preguntas en relación con Rubén Darío y con la propia vida de usted. - ¿Recuerda usted, doña Francisca, de qué modo conoció usted a Rubén Darío y en dónde? Francisca Sánchez: - Sí, señor. Recuerdo dónde lo conocí. En la Casa de Campo. Allí le conocí, en la
- Casa de Campo.
Muy simpático. Me impresionó porque era un señor alto,
buen mozo, guapo, respetuoso. Les obsequié. Se reían y
me echaban piropos. Les obsequié unas flores. Las
aceptaron. Después, a los dos días lo volví a ver. Vino a
visitarme. Otra vez le obsequiaba las flores. Me ofreció si
quería dar un paseíto por la Casa de Campo. – Cómo no.
Iba con una hermanita llevada de la mano. Paseamos por la
Casa de Campo. Me hizo varias preguntas. Le contestaba.
Después el amigo se separó. Se separó y nos quedamos
solos. (¿Dijo?) que tenía que hablar conmigo (en serio)...
seriamente. – Muy bien. Cuando usted guste.
-Después ya [...] y me avisó que él tenía que hacer un
viaje por unos días. Tenía que ir a Málaga y Tánger. A su
regreso ya tratamos de, o por lo menos él me lo propuso,
de buscar un pisito. Poner nuestra casa.
- Ya después hicimos un viaje para Palma de Mallorca. Fue
la vez primera que vi el mar. Me gustó mucho. Fuimos a
Valldemosa. Después otra vez para España..., para Madrid.
Después de Madrid fuimos a Málaga, Sevilla, Valencia. Me
gustó mucho todo. Sobre todo, Málaga, donde ya
quedamos invitados para ir a pasar los inviernos.
- Por las mañanas me llevó a ver una cosa que no había
visto nunca, que llaman el copo. El copo es una red donde
los pescadores traen toda clase de pescados, tirándola de
los brazos. Pero al sacar el copo, enseguida me obsequió
porque me llamó la atención y le pregunté ¿Y estas mujeres
qué hacen aquí? Traen todas unas hormiguitas y ponen
lumbre. – No, ahora lo verás – me contestó Rubén –.
Vamos a comer sardinas asadas. Verás qué cosa más rica.
Bueno, fuimos a comer sardinitas, lo cual que siéndome el
mar tan salado, las sardinas estaban sosas.
[Recurso visitado 634 veces]
Compártelo: - Documento sonoro 2 Colección: Fondo Personal Rubén Darío
- Transcripción: Antonio Oliver: - ¡Qué bonitos recuerdos! Verdad,
doña Francisca. Nos quieres usted decir qué amigo era ése
que lo acompañaba el primer día de su encuentro con él en
la Casa de Campo.
Francisca Sánchez: - Pues este amigo se llamaba
don Ramón de Valle Inclán. Era íntimo amigo también suyo,
entre los muchos que él tenía en Madrid, como don Manuel
Machado, don Antonio Palomero, don Francisco Villaespesa,
don Antonio Machado también.
[Recurso visitado 429 veces]
Compártelo: - Transcripción: Antonio Oliver: - ¡Qué bonitos recuerdos! Verdad,
doña Francisca. Nos quieres usted decir qué amigo era ése
que lo acompañaba el primer día de su encuentro con él en
la Casa de Campo.
Francisca Sánchez: - Pues este amigo se llamaba
don Ramón de Valle Inclán. Era íntimo amigo también suyo,
entre los muchos que él tenía en Madrid, como don Manuel
Machado, don Antonio Palomero, don Francisco Villaespesa,
don Antonio Machado también.
- Documento sonoro 3 Colección: Fondo Personal Rubén Darío
- Transcripción: Antonio Oliver: -Ya sabemos, doña Francisca, que Rubén marchó en el año 14 a América, recién estallada la Primera Guerra Mundial. Sabemos que entonces escribió aquellos famosos universalmente versos que le dedicó a usted. Usted no estaba con él cuando se puso enfermo y volvió a Nicaragua en 1915. ¿Dónde estaba usted entonces y cómo se enteró de su muerte? Francisca Sánchez: - Cuando él se fue para América en el..., cuando la guerra, pues vivíamos en Barcelona. Como él
- iba nombrado por el gobierno para hacer
conferencias sobre la paz y la guerra, aquella noche en que
él al otro día debía para salir para América, no quiso que
muchos de los amigos y admiradores le acompañaran
porque le daba pena, y tratamos de que se fuera a dormir
al vapor, pero al vapor nos fuimos a dormir todos: mi hijo,
él, yo, un amigo de Nicaragua juntos. – Bermúdez, el tal
señor Bermúdez.
Cuando el vapor salió de Barcelona, no quiero decirle.
El pañuelo se agitaba, el pañuelo se agitaba. Todavía me
tiró una carta escrita por su puño y letra en que decía que
pronto nos veríamos, fuera en España o fuera en Buenos
Aires. Pero no fue así. Rubén llegó a Nueva York y allí
enfermó. Creyeron que era una pulmonía, pero no fue. Yo
quedé, como digo, en Barcelona sola, pero ya traté, al
saber que ya estaba enfermo, de venir a Madrid, cerca de
los míos. Yo estaba en mi patria y no estaba en Francia,
donde yo había vivido diecisiete años con él, donde yo
había pasado tan buenos ratos y tan buena vida. Ya me vi
ya sola, me vi agotada, pero fue más triste cuando al poco
tiempo oía por la calle que se publicaba la muerte de un
príncipe. ¿Quién es ese príncipe? preguntaba yo a mi
hermana. ¿Quién es ese príncipe?, María, que ha muerto un
príncipe. Pero no tardó mucho el timbre de mi casa de tocar
y tocar, y los periodistas, muchos de ellos se abrazaban a
mí diciendo: doña Paca, que Rubén acaba de morir.
[Recurso visitado 342 veces]
Compártelo: - Documento sonoro 4 Colección: Fondo Personal Rubén Darío
- Transcripción: Antonio Oliver: -Él ya no la acompaña, pero la juventud española le está acompañando. Y desde entonces, doña Francisca, ¿guardó usted todos los manuscritos, las cartas y tantos y tantos otros documentos de Rubén? Francisca Sánchez: - Sí. No porque no haya habido quien me los ha consultado, me los han preguntado, querían verlos. Tantos y tantos que querían; unos por cariño, por admiración, por lo que fuera, saber qué es lo que Rubén había dejado. Pero no podía ser. Yo
- no podía
tocar sus papeles. Yo no podía verlos porque mi vida se
agotaba. Pasé muy malos ratos, muchos fríos, me vi muy
sola. Porque en ese tiempo, apenas en un año, se me
murieron cinco de mi familia. La primera en el 1915, el 28
de octubre, mi pobre madre; el 6 de febrero, mi Rubén;
después el hermano mayor. Por último, el ser más querido
que me quedaba: mi pobre hermana, que tanto nos había
acompañado. Después el hermano pequeño. Ya mi vida
estaba agotada, ya no podía ser. Yo había venido ya a mi
patria, a España, pero ya me veía agotadita y sin familia y
sola. Me quedaba mi hijo, [...] Rubén Darío Sánchez, el
pequeño.
[Recurso visitado 313 veces]
Compártelo: - Documento sonoro 5 Colección: Fondo Personal Rubén Darío
- Transcripción: Antonio Oliver: - Ocurrió que ahora usted entregó al Estado español todos estos documentos que están en el que desde hace muy poco se llama el Seminario-Archivo Rubén Darío. Francisca Sánchez: - [...] O quién sabe, milagro, tal vez mandado por Dios o porque mi Rubén lo pidiera desde el otro mundo, lo que no habían hecho tantos como habían visitado mi hogar, lo hizo un matrimonio. Pero en ese matrimonio ya iba una mujer, una mujer digo, una señora, doña Carmen Conde,
- y don Antonio Oliver. Tal vez el
corazón de dos mujeres frente a frente, y con las lágrimas
en los ojos veía un destino, un milagro, quién sabe lo que
aquello fue que vi el cielo, vi la voluntad y me acordé de
una cosa tan grande que mi Rubén me dijo en la última
carta: si vivo, nos iremos a Buenos Aires – en una carta
que tengo, que está en el Archivo –, y si muero, desde el
otro mundo velaré por ti. Ha llegado el momento en que tal
vez él haya velado por mí. Y entonces hubo el milagro de
decir: esos papeles, esas joyas o esos tesoros, ¿qué será
eso? Pero van a ser víctimas de quién. Tal vez de los
ratones. Eso está cerrado en un baúl. Ese baúl se va a
abrir, y así fue. A los pocos días estos señores se fueron y a
los pocos días volvieron a visitarme y de cada vez yo veía
las cosas más claras, yo me veía enferma, yo me veía
agotadita, me veía en los lavaderos, en esos hielos, en esas
nieves, de miedo. Y decidí ¿para quién? Soy española, no
me vendo por dinero, no lo doy por dinero que se me
ofrece por todas partes. Soy española y debe ser para mi
patria…
[Recurso visitado 336 veces]
Compártelo: