Transcript: Matanzas, sep. 24/10.
A Rubén Darío:
Maestro amado:
Sean con usted mis votos por su mejoría. Que la Habana le sea propicia.
Sé de la ingratitud de la tierra que usted hizo grande; pero consuélese pensando en que aquí hay corazones que le amen y plumas que le defiendan.
Le mando un manojo de
versos. Si ellos consiguen sus ojos de iluminado y de vidente recorran los senderos trazados, habrán obtenido el más grande de los triunfos. No he ido á verle, por fatigosas necesidades de mi destino.
Sepa V., Maestro, que, en cualquier lugar que me encuentre, riego el huerto que su genio hizo florecer.
Le abraza el más humilde de sus discípulos de Cuba.
Agustín Acosta
Casa de V.
Río 9, Matanzas.